1838:
Sri
Charles Wheatstone inventó el estereoscopio.
La técnica podría encontrar sus
orígenes en 1838,
cuando Sir Charles
Wheatstone inventó el
estereoscopio, un aparato muy simple que permitía al usuario observar unas
tarjetas especiales con dos imágenes ligeramente desplazadas para ser
percibidas como una sola imagen estereoscópica; creando una sensación
tridimensional.
El problema de este invento es que
sólo cumplía su objetivo si se veía desde una posición exacta, cosa que en una
sala de cine resultaría imposible. Por ello después se “reinventó” la idea con
unas gafas de celofán de colores semitransparentes (Azul en un ojo y rojo en el
otro), para conseguir el efecto.
Estereoscopios de
espejos
Los estereoscopios de
espejos consisten en cuatro espejos ubicados de forma tal que las imágenes se
trasmitan por reflexión hacia los oculares, realizándose la observación de las
fotografías en forma ortogonal a éstas, ubicándose las imágenes homólogas a
distancias aproximadas a los 25 cm lo que evita la superposición o la necesidad
de doblar alguna de las fotos. Dado que estos estereoscopios son normalmente
voluminosos, no son fáciles de transportar, estando diseñados para uso en la
oficina sobre mesas amplias.
Los instrumentos de este
tipo son especialmente útiles para trabajo en la oficina, permitiendo una
observación cómoda y descansada.