Metodología a seguir para ser un buen orador
¿Quién no ha sentido alguna vez ese cosquilleo en el estómago (derivado de los nervios)
justo antes de empezar una exposición oral? ¿Es normal o se puede evitar? ¿Qué hacer
para disimular el nerviosismo? Bien, este artículo dará algunas ideas para una correcta
exposición oral. Para mayor claridad, vamos a desarrollar los contenidos teniendo en
cuenta una serie de pasos esenciales, no sólo en cuanto al lenguaje se refiere, sino
también en relación a la propia imagen personal.
I. Imagen y presentación personal.
a. El ponente debe dar buena apariencia física cuidar vestimenta y estilo.
b. Saludar al receptor/es dar la bienvenida a los/as que van a escuchar el
mensaje y agradecer su presencia. Mirar a todos por igual.
c. Aportar datos personales básicos nombre y apellidos y breve
introducción del tema a tratar en la exposición oral.
II. Desarrollo del tema.
a. Mantener una posición erguida y utilizar correctamente el espacio del
que se dispone evitar estar siempre en el mismo sitio y apoyarse en la
pared o cualquier otro objeto (puede dar sensación de cansancio).
b. Anotar en la pizarra (o soporte del que se disponga) las ideas
fundamentales de lo que se está hablando no “atiborrarla” con
demasiada información para evitar el aburrimiento y el agobio.
c. Hacer uso de imágenes atractivas que capten la atención del público y
especificar de lo que se está hablando.
d. Expresarse oralmente utilizando un ritmo ameno y adecuado (ni muy
lenguaje variado (evitar coletillas como “ejem”, “entonces”,…) e
incluso gestos mostrar seguridad en lo que se dice. No permitir que la
exposición sea un “mono-tema”.
e. Procurar que la exposición tenga una estructura clara y ordenada
introducción-desarrollo-conclusión.
f. Mostrar una actitud firme y positiva demostrar lo que se está diciendo
con datos.
g. Incluir diversos ejemplos objetivos y reales y, en la medida de lo
posible, experiencias subjetivas que pueden atraer a los demás (esto
indica que la exposición es de elaboración propia).
h. Realizar varias preguntas a quien/es escucha/n siempre que se pueda
para implicarlo/s un poco en la exposición y asegurarse de que se está
siguiendo el discurso correctamente.
i. Controlar el tiempo de exposición evitar un discurso largo que pueda
aburrir al personal (mirar el reloj con disimulo).
III. Finalización y conclusión.
a. Asegurarse de que no se ha quedado ningún punto sin tratar echar un
breve vistazo al guión preparado (si se dispone de él) y a que lo más
importante está anotado en la pizarra.
b. Preparar un final interesante y original a veces las preguntas retóricas,
citas célebres o frases que lleven a la reflexión dan buen resultado.
c. Resumir lo expuesto en pocas palabras.
d. Agradecer la atención prestada por el público oyente.
e. Comunicar que se aceptan preguntas, dudas y comentarios si surge
algunos, dar tiempo para ello.
Éstos son algunos pasos que se pueden seguir para una buena preparación de una
exposición oral. No se debe permitir que los nervios inoportunos estropeen lo que puede
maravillar a los demás. El seguimiento de estos pasos puede derivar en la consecución
de nuestro objetivo: SER UN BUEN ORADOR.
Fuente: María Dolores Jiménez Rodríguez.
Ver enlace sugerido:
http://www.youtube.com/watch?v=RjuYvl8_G7w