1812
Éxodo Jujeño. A pedido del General Manuel Belgrano, la ciudad de Jujuy
(Argentina) fue abandonada por el pueblo, esforzado y valeroso,
llevándose todos los elementos y pertenencias posibles. Cuando llegaron
los ejércitos realistas españoles sólo encontraron abandono y
desolación.
Fue necesario recurrir no sólo al patriotismo, sino a la abnegación de los criollos. La orden de Belgrano fue terminante: no debería quedar nada que fuese de provecho para el adversario, ni casa ni objetos que fueran de utilidad, ni alimentos.
Lo que no podía ser transportado a lomo de mula, de caballo o de burro, debió ser quemado. Pensemos en el sacrificio de ese pueblo sufrido y resignado, que se trasladaba con lo poco que podía salvar, sin saber exactamente cual iba a ser su suerte.
Más que un éxodo, aquello era la imagen del renunciamiento incondicionalmente realizado. El frío y la ventisca invernales acompañaron a la caravana. El éxodo jujeño tuvo lugar el 23 de agosto de 1812.
ALUMNAS DE 4º1º:
QUIROGA BLANCA, CENTURION CANDELA Y SEGOVIA DAFNE.