viernes, 13 de septiembre de 2013

Efemérides del 13 de septiembre


1592 Muere Michel de Montaigne, escritor francés.


(Michel Eyquem, señor de Montaigne; Périgueux, Francia, 1533-Burdeos, id., 1592) Escritor y ensayista francés. Nacido en el seno de una familia de comerciantes bordeleses que accedió a la nobleza al comprar la tierra de Montaigne en 1477, fue educado en latín, siguiendo el método pedagógico de su padre. Más tarde, ingresó en una escuela de Guyena (hoy Aquitania), donde estudió poesía latina y griega, y en 1549 empezó a estudiar derecho en la Universidad de Tolosa.
A partir de 1554 fue consejero en La Cour des Aides de Périgueux, sustituyendo a su padre, y cuando ésta se disolvió, pasó a formar parte del Parlamento de Burdeos. Allí conoció al poeta y humanista Étienne de la Boétie, con quien trabó amistad. Poco interesado por sus funciones parlamentarias, frecuentó un tiempo la vida de la corte. En 1565 se casó con Françoise de La Chassagne, y tres años después murió su padre, heredando la propiedad y el título de señor de Montaigne, lo que le permitió vender su cargo en 1570.
Para cumplir la última voluntad de su padre, acabó y publicó en 1569 la traducción de la Teología natural, de Ramón Sibiuda, libro al que volvería años más tarde en los Ensayos (Essais) con la intención de rebatirlo. Un año más tarde viajó a París para publicar en un volumen las poesías latinas y las traducciones de su amigo La Boétie, cuya muerte, en 1563, le había afectado profundamente.
Por fin, el 28 de febrero de 1571 pudo cumplir su deseo de retirarse a sus propiedades para dedicarse al estudio y la meditación, y emprendió, al cabo de un año, la redacción de los Ensayos, combinándola con la lectura de Plutarco y Séneca. No obstante, su retiro duró poco, ya que tuvo que hacerse cargo de nuevos compromisos sociales y políticos a causa de las guerras de religión que asolaban su país y en las que tuvo que prestar su ayuda de diplomático (hecho que se refleja en el libro primero de los Ensayos, dedicado básicamente a cuestiones militares y políticas). La primera edición de los Ensayos, en diez volúmenes, apareció en 1580.
A finales de ese mismo año, aquejado ya problemas de salud, emprendió un largo viaje a Italia que se vio obligado a interrumpir en 1581, cuando recibió la noticia de su elección como alcalde de la ciudad de Burdeos. Durante su primer mandato publicó la segunda edición de los Ensayos (1582). Reelegido para un segundo mandato (1583-1585), tuvo que alternar sus funciones municipales con la tarea de intermediario político entre la ciudad y el rey, y actuó como mediador en las intrigas de la Liga, lo que le valió el favor de Enrique de Navarra.
Fue ésta su última misión política antes de consagrarse únicamente a su obra, que reanudó a partir de 1586, tras abandonar la ciudad a causa de la peste que se había declarado inmediatamente después de concluir su segundo mandato. En 1588 apareció una nueva edición de los Ensayos, con el añadido de un tercer libro. Con motivo de esta nueva publicación, conoció en París a Mademoiselle de Gournay, una gran admiradora suya, con quien mantuvo una especial relación que duraría hasta el final de su vida. Retirado ya definitivamente, tras este último viaje a París y algunos altercados que lo llevaron a prisión, preparó la última edición de losEnsayos, de la que se encargaría M. de Gournay en 1595, mientras él se dedicaba al estudio de los clásicos latinos y griegos.
La progresiva evolución de Montaigne hacia una mayor introspección convierte la versión definitiva de los Ensayos en un libro de confesiones en que el autor, profesando un escepticismo moderado, se revela a sí mismo y muestra su curiosidad por todos los aspectos del alma humana, desde el detalle más ínfimo hasta elevadas cuestiones de religión, filosofía o política. Su perspectiva racional y relativista le permite enfrentarse a toda clase de dogmatismos y superarlos, y abre la puerta a una nueva concepción secularizada y crítica de la historia y la cultura, capaz de integrar los nuevos descubrimientos de su tiempo, como los pueblos del Nuevo Mundo.

1598 Muere Felipe II de España.

El 13 de septiembre de 1598 fallecerá, víctima de la gota, Felipe II, llamado el rey prudente. Afrontó con admirable resignación sus últimos días aquejado de fuertes dolores por la supuración de sus llagas. Desde 1595 yacía postrado en un diván portátil, curioso ingenio que hoy se exhibe en El Escorial y que bien puede ser el precedente de la silla de ruedas. Anteriormente contaba con un sofá articulado pero hubo que añadirle movilidad a raíz de un incidente que por poco acaba con su vida. Un día de fuerte tormenta su estancia se inundó llegándole el agua hasta la cintura y como nadie era capaz de mover la pesada silla tuvo que aguantar allí resignado hasta que la lluvia cesó y bajó el nivel del agua. Sus facultades mentales también decaían y, aunque delegó en su hijo la firma de documentos y otras tareas burocráticas, se resistió a dejar el poder como hiciera su padre Carlos V. Al menos hasta que encontrase una solución para los Países Bajos. Creyó encontrarla separando el reino de la corona española y entregándoselo al archiduque Alberto de Austria, que casaría con su hija Isabel.
Resuelto este asunto, el Rey pudo abandonar la política de Estado. Pese a la división de su herencia, dejaba el reino más extenso que jamás abarcó España gracias a la anexión de Portugal y la imponente colonización de los conquistadores españoles y portugueses, que extendían los dominios de España desde Filipinas a Angola y de México a Tierra de Fuego. También dejaba unas finanzas asfixiadas y un fuerte endeudamiento. Legó a su hijo algunos sabios consejos: no abandonar nunca la fe católica, gobernar con justicia, permanecer en España y cuidar su prestigio en el extranjero. Lo cierto es que no confiaba en exceso en su primogénito: «Dios, que me ha dado tantos reinos, me ha negado un hijo capaz de gobernarlos. Temo que me lo gobiernen». En efecto, Felipe III fue un monarca sin carácter que legó el gobierno de España a su valido el duque de Lerma, y del que todo lo bueno que se puede decir es que no perdió ninguno de los grandes reinos que formaban la corona, que no es poco.
1810 La Primera Junta de Gobierno de Argentina crea la Biblioteca Pública, que con el tiempo se convertiría en la Biblioteca Nacional.

El 7 de septiembre de 1810, por decreto de la Junta de Gobierno de la Revolución de Mayo, fue fundada la Biblioteca Pública de Buenos Aires, la que con el tiempo se convertiría en la Biblioteca Nacional de la República Argentina. 

La primera sede estaba ubicada en Moreno y Perú. En sus comienzos funcionó con donaciones y estuvo bajo la protección de Mariano Moreno. 

Reseña histórica de la Biblioteca Nacional: 

La Biblioteca Nacional fue creada por un decreto de la Primera Junta el 13 de septiembre de 1810, bajo el nombre de Biblioteca Pública de Buenos Aires. Su primera ubicación fue, durante dos años, el edificio del Cabildo; en 1812 abre sus puertas al público en una sala del edificio que se encuentra en la esquina formada por las calles Moreno y Perú, dentro de la zona que actualmente se conoce como la Manzana de las Luces. Su primer material bibliográfico fue donado por instituciones como el Cabildo Eclesiástico y el Real Colegio San Carlos, y varios particulares como Luis Chorroarín y Manuel Belgrano. 

Mariano Moreno fue designado Protector de la Biblioteca en 1810. Mientras que Cayetano Rodríguez y Saturnino Segurola fueron designados respectivamente primero y segundo bibliotecario. En enero de 1811 asumió la dirección Luis Chorroarín, quién se mantendría en el cargo hasta 1821, cuando mediante un decreto de Martín Rodríguez fue reemplazado por Saturnino Segurola. Desde 1822 a 1828 ejerció el cargo Manuel Moreno, hermano de Mariano, y la biblioteca contaba en ese entonces con un patrimonio considerable: en 1823 la biblioteca contaba con más de 17.000 volúmenes. También pueden destacarse los directorios de Vicente G. Quesada, que incorporó gran cantidad de material traído desde el extranjero y realizó mejoras en la infraestructura, y de Manuel Trelles, quien también incorporó gran cantidad de material bibliográfico hasta que la Biblioteca pasó a depender del Gobierno Nacional y fue reemplazado. Estas mejoras que sufrió la Biblioteca Pública se manifestaron en los 7.715 lectores que concurrieron en 1881 y los 32.600 volúmenes con los que contaba en 1882. 

El 5 de octubre de 1884 fue designado José Antonio Wilde como primer Director Nacional, quien falleció poco después de asumir al cargo. Desde ese momento es conocida oficialmente como Biblioteca Nacional. 

El 19 de enero de 1885 asume el cargo Paul Groussac, quien duraría en el mismo hasta 1929. Durante su gestión el patrimonio bibliográfico fue aumentado en gran cantidad (en 1893 la Biblioteca contaba con 62.707 volúmenes), y fue construida una nueva sede en la porteña calle México 564, tal "antigua" sede interiormente tiene áreas de gran valor arquitectónico como la que fuera sala principal de lecturas públicas cubierta de una amplia cúpula y con boiseries y esculturas que representan a celebridades del positivismo de esa época; actualmente tal edificio con algunas modificaciones ha sido reciclado y transformado en el argentino Centro Nacional de la Música . 

La gestión más larga al frente de la Biblioteca fue la del escritor argentino Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, entre 1931 y 1955. De tendencias nacionalsocialistas, el escritor tuvo una buena relación con Juan Domingo Perón y gozó en su momento de una enorme popularidad, siendo el escritor argentino más editado en la historia de la nación. 

También debe destacarse la gestión del prestigioso escritor Jorge Luis Borges, quien desempeñó el cargo de Director desde 1955 a 1973. Durante su gestión se promovió la construcción de una nueva sede (la actual), que era necesaria debido al amplio patrimonio con el que contaba la Biblioteca. En 1958, el Presidente Arturo Frondizi firmó el decreto 5512/58, adjudicando los fondos presupuestarios para la obra y creando una Comisión Honoraria presidida por Borges, que debería redactar el programa de necesidades para el futuro edificio. 

El nuevo edificio 

Mediante la Ley Nº 12.351 de 1960 se destinaron tres hectáreas ubicadas entre las avenidas del Libertador y Las Heras, y las calles Agüero y Austria. La obra fue adjudicada mediante un concurso nacional que cerró en abril de 1962, y cuyo veredicto se anunció el 12 de octubre siguiente. Participaron importantes estudios de la época, como el de Mario Roberto Álvarez (cuarto premio), el de Rivarola y Soto) tercer premio, o el de los jóvenes arquitectos Justo Solsona y Javier Sánchez Gómez, pero el elegido entre decenas de propuestas fue el proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga de Bullrich. 

La piedra fundamental del edificio fue colocada recién el 13 de octubre de 1971, once años después de la sanción de la Ley y la construcción fue llevada adelante por la firma Com-Ar-Co S.A. Las obras avanzaron lentamente se demoraron, y finalmente fueron suspendidas a comienzos de los '80, durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, retomándose hacia 1982. Durante la obra, ocurrieron grandes avances en el campo de la bibliotecología, como la llegada de la informática que permitió la digitalización de la consulta de materiales, con lo cual el funcionamiento de una biblioteca cambiaría radicalmente. La nueva Biblioteca Nacional pudo ser terminada gracias a un préstamo del Reino de España realizado en 1990, y fue inaugurada finalmente el 10 de abril de 1992, por el presidente Carlos Menem, y el material bibliográfico se terminó de trasladar el 21 de septiembre de 1993. El edificio cuenta con tres depósitos subterráneos: dos de ellos destinados a libros, que permiten depositár tres millones de libros, y uno destinado a guardar revistas y diarios, con una capacidad de quinientos mil ejemplares. Además, en el edificio funciona actualmente la Escuela Nacional de Bibliotecarios, fundada en 1956. 

La vieja sede de la Biblioteca en la calle México fue cedida al Centro Nacional de la Música. En 2012, el Ministerio de Economía destinó $5.000.000 a las tareas de construcción de los parasoles de la Biblioteca Nacional, que deberán ser terminados para fines de 2013. 

Sede actual 

El edificio de la Biblioteca Nacional es un gran ejemplo a nivel internacional de diseño brutalista, un estilo surgido en los años '50 que se caracteriza por privilegiar las estructuras de hormigón armado dejadas a la vista y tratadas de manera escultórica, y principalmente se aprecia el lugar del parque dejado en el nivel de suelo y la sala de lectura como mirador sobre el puerto y el Río de la Plata. 

La idea principal, según lo relata el arquitecto Testa, fue ubicar los depósitos del establecimiento bajo tierra, aprovechando que el Estado decidió expropiar la totalidad de la manzana para crear una plaza pública. Esto protegería a los libros del efecto nocivo de la luz y a su vez, permitiría en un futuro expandir el espacio de los depósitos, de ser necesario sin interrumpir el funcionamiento del establecimiento. Una vez liberada la estructura del edificio del enorme peso de los depósitos de libros, se eligió elevarla sobre pilotes para permitir la vista libre, dejando una plataforma de acceso abierta de forma permanente, como una continuación del parque "por debajo" de la biblioteca. De esta forma, resultó un edificio sostenido por cuatro grandes columnas, que Testa caracteriza como un cuadrúpedo, como si se tratase de un ser vivo. 

En una de las etapas de la extensa construcción se decidió —por razones presupuestarias —eliminar de la fachada los parasoles metálicos que protegerían los sectores de lectura de la luz exterior, un hecho que actualmente da un aspecto inconcluso al edificio, y perjudica a los lectores en determinados horarios del día. Ya en la etapa final de la obra, el Estado removió a los arquitectos Testa y Bullrich de la dirección, dejándola a cargo de la Dirección General de Arquitectura Educacional (DGAI), que modificó otros detalles como los revestimientos del auditorio (eligiendo materiales más económicos), los materiales para los pisos y el mobiliario nuevo, diseñado ad hoc para las salas de lectura y hemeroteca. De todas formas, el antiguo mobiliario original de la vieja Biblioteca fue conservado y trasladado al nuevo edificio, y se lo puede apreciar en la sala de lectura pública. 

Luego de dos niveles subterráneos de depósitos de revistas y libros, sigue un nivel semi-enterrado donde se alojan oficinas y la hemeroteca, cuya sala está iluminadas por una lucerna que asoma del piso de la terraza de acceso en el nivel superior como una cúpula piramidal. La entrada al hall principal es por esta terraza elevadas con respecto a la plaza circundante, a la cual se accede por una serie de rampas, escalinatas y escaleras caracol, al espacio protegido por el edificio y rodeado por las cuatro columnas que lo elevan, permitiendo vistas de la Avenida Las Heras, el barrio La Isla y el Puerto de Retiro. Este nivel también se conecta con la Escuela de Bibliotecarios, que funciona en un edificio independiente cuya terraza es de acceso libre y tiene una serie de lucarnas de hormigón con forma de hongos, y maceteros alargados que también funcionan como bancos. El hall de entrada tiene una pequeña sala de exposiciones, y da acceso a las dos escaleras y batería de dos ascensores que conducen a todos los niveles del edificio: en el primer piso está el auditorio y una sala de exposiciones, y tiene un entrepiso donde funciona la dirección y otras oficinas, en el tercer y cuarto piso están las salas de consulta especializadas, y el quinto piso es la sala de lectura general en doble altura, con la sala de recepción y entrega de libros, y una rampa en zig-zag conduce al sexto piso, donde hay salas de consulta especializadas.

1851 Nace Walter Reed, probó que los mosquitos transmiten la fiebre amarilla.

Walter Reed
(13/09/1851 - 23/11/1902)

Walter Reed 

Cirujano y bacteriólogo estadounidense 

 

Nació el 13 de septiembre de 1851 en el Condado de Gloucester, Virginia (Estados Unidos). 

Cursó estudios en la Universidad de Virginia y en la Facultad de Medicina del Hospital de Bellevue. En 1875 ingresó en el Cuerpo Médico del Ejército, donde sirvió como cirujano militar. En 1893 fue nombrado conservador del Museo Médico del Ejército en Washington y comenzó a trabajar como catedrático de bacteriología y microscopía en la Facultad de Medicina del Ejército, también en Washington. 

Durante los siguientes siete años realizó importantes investigaciones sobre la etiología, control y transmisión de enfermedades epidémicas como la fiebre amarilla y la fiebre tifoidea. Una de sus investigaciones más notables fue organizada por el departamento de la Guerra con el fin de examinar una epidemia de fiebre tifoidea entre las tropas estadounidenses; los hallazgos de la comisión representaron una importante contribución a la prevención y control de las epidemias causadas por esa fiebre. A pesar de todo esto, su mayor contribución a la entomología médica, fue resultado de sus trabajos en 1900 como director de una comisión que debía estudiar las causas y transmisión de la fiebre amarilla en Cuba. 

Reed demostró de forma concluyente que el germen de la fiebre amarilla se transmite por la picadura del mosquito Aëdes aegypti. Como resultado de sus hallazgos, William Crawford Gorgas consiguió eliminar casi por completo la enfermedad en La Habana en el plazo de tres meses, al exterminar los mosquitos en toda la zona. Desde 1901 la incidencia de la fiebre amarilla ha descendido drásticamente en todo el mundo gracias a la aplicación del descubrimiento de Reed. 

Tras su regreso de Cuba, Walter Reed falleció en Washington el 23 de noviembre de 1902. El Centro Médico Walter Reed de Washington fue llamado así en su honor.

1975 Un desequilibrado mental acuchilla al famoso cuadro de Rembrandt "La ronda de noche", expuesto en el Rijksmuseum de Amsterdam.

La obra fue un encargo de la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam para decorar la Kloveniersdoelen, sede de la milicia. Debido a esto, Rembrandt usó monumentales dimensiones para el lienzo.
En ella aparece la milicia del capitán Frans Banning Cocq en el momento en el que éste da la orden de marchar al alférez Willem van Ruytenburch. Detrás de ellos aparecen los 18 integrantes de la Compañía, que pagaron una media de cien florines al pintor por aparecer en el cuadro, una suma más que considerable para la época. Los dos oficiales probablemente pagaron más, por el lugar privilegiado que ocupan en el cuadro. En total, Rembrandt cobró 1600 florines por este cuadro.4 Al ser la compañía de arcabuceros una institución municipal, La ronda de noche sigue siendo propiedad del Ayuntamiento de Ámsterdam, que la cede al Rijksmuseum en préstamo de uso sin contraprestación económica.
Los personajes aparecen captados por el pintor holandés tal y como los pudo contemplar en numerosas ocasiones en el momento en que a diario la compañía se preparaba para formar y salir a continuación ordenadamente para recorrer la ciudad en su misión de vigilantes del orden. Además, en el cuadro aparecen tres niños corriendo y un perro que animan la escena.
El encargo, que debía ser concluido para el banquete de inauguración de la sede de la compañía, fue, junto a otros retratoscorporativos, parte de la conmemoración de la llegada en 1638 a Ámsterdam de la reina madre María de Médicis, viuda de Enrique IV de Francia, exiliada por orden de su hijo Luis XIII y del intrigante cardenal Richelieu. Esta visita regia a la capital holandesa fue celebrada por sus autoridades con gran pompa y boato.5
El pago del trabajo se retrasó debido a que no cubrió las expectativas de los miembros de la milicia, por no estar perfectamente definida la presencia de la mayoría de ellos. A pesar de su calidad, también pasó desapercibida para la crítica en su día. La escena de la compañía forma parte fundamental de la tradición holandesa de retratos colectivos que surgió en la llamada "Edad de Oro del arte holandés". Autores contemporáneos como Frans Hals se dedicaron casi en exclusiva a este tipo de retratos de encargo.

Alumnas: Quiroz Agostina; Pagura Micaela; Franco Ainelen; Lopez Melisa