UNA FORMA DE LEER Y ESCRIBIR SIGNIFICATIVAMENTE:
ADAPTACIÓN DEL CUENTO: TWICE-TOLD
TALE DE Enrique Anderson Imbert
En una noche
muy fría, después de un cansado día de
trabajo llegue a mi casa, dejé mi maletín, me tiré al sofá y sin darme cuenta
me quedé dormida. Me instalé en un profundo y oscuro sueño en donde soñé que…
Perseguida por la banda de terroristas
corrí y corrí por las calles de esa ciudad extraña.
Eran casi las doce de la
noche. Ya sin aliento me metí en una casa abandonada. Cuando mis ojos
acostumbrados a la oscuridad vi, en el rincón, a un muchacho muy asustado.
-¿A usted también lo persiguen?
- Venga. Están cerca. Vamos a escondernos. En esta
maldita casa tiene que haber un desván…
Ambos avanzamos subimos unas escaleras y entramos en un
altillo.
-Espeluznante ¿No?- murmuró el muchacho, y con el pie
empujó la puerta.
El cerrojo, al cerrarse hizo un clic exacto, limpio y
vibrante.
-¡Ay, no debido cerrarla! Ábrala otra vez. ¿Cómo vamos a
oírlos, si vienen?
El muchacho no se movió. Entonces, quise abrir la puerta,
pero no tenía picaporte. El cierre, por dentro, era hermético.
-¡Dios mío! Nos hemos quedado encerrados.
-¿No?- no dijo el muchacho- Los dos no; solamente uno.
Y
yo vi como el muchacho atravesaba la
pared y desaparecía.
Aún sigo esperando...